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Sinopsis:

Igor es un Igor. ¿Qué es un Igor? Un ayudante de científico loco, de malvado científico loco. Esos científicos de pelos revueltos que le gritan a los Igor: "¡Igor, jala la palanca!" antes de cada prueba de sus malignos inventos: rayos mortales, máquinas de hacer terremotos o plantas que comen hombres.
Igor, el Igor protagonista, vive en Malaria (como los otros Igor), la tierra de las invenciones que ponen en peligro al mundo. Malaria vive de lo que el mundo le pague por no liberar esos inventos: una economía extorsiva original (o no tanto).
Igor, la película, es un cuento de hadas que recuerda al de El extraño mundo de Jack, con menos romanticismo y con un humor a veces slapstick, a veces negro, y muchas veces simplemente delirante.
Monstruos, invenciones disparatadas, conejos inmortales, malos malísimos, Igors, y nuestro soñador Igor: Igor.
Ah, y no nos olvidemos de EVA, una cruza entre, digamos, Betty Boop y el increíble Hulk.

A nuestro Igor no le gustan los otros Igor. Nuestro Igor tiene grandes sueños, sueños de convertirse en un gran científico o de ganar el premio de la ciencia.
Es imposible porque nuestro Igor no es gran cosa pero cuando el Dr. Glickenstein, accidentalmente desaparece o mejor dicho, se evapora por dos semanas, es la oportunidad que nuestro Igor estaba esperando hace mucho tiempo.

Esta es la historia de otro mundo y de como Igor (éste, del que hablamos) lo cambiará para siempre.

CRÍTICA

Igor es una película que seguramente va a recibir opiniones completamente diferentes del público, oscilando desde mala hasta excelente. Lo que sí, creo en que todos coincidirán de que es fácilmente olvidable, ya que da la sensación que quisieron hacer una película estilo Tim Burton, pero no les alcanzó la imaginación para hacer un guión de gran calidad.

Lo más destacable de Igor es su aspecto visual: personajes simpáticos, con un diseño creativo y oscuro, y el uso de una paleta muy colorida en los fondos. La historia, si bien es entretenida, tiene el problema que por momentos tiene unos matices de comedia negra o de terror que pueden asustar o confundir a los más pequeños, pero estas mismas características no son lo suficientemente atractivas como para atrapar al público adulto. Es decir, el argumento es para chicos pero mechado con escenas o bromas para grandes, quedando así a mitad de camino.

De todas formas, tengas la edad que tengas, algo te va a gustar de Igor: la historia o la estética, y seguramente otra parte del público va a disfrutar de las dos.

Cintia Alviti