En el portal de El Bazar...

Baaria, las puertas del viento: Sinopsis, elenco, ficha: Baaria La porta del vento

Baaria, las puertas del viento: Sinopsis, elenco, ficha: Baaria La porta del vento

SINOPSIS

Una familia siciliana representada a través de tres generaciones: desde Cicco a su hijo Peppino, llegando hasta su nieto Pietro…

Con un leve toque a la vida privada de estos personajes y la de sus familias, la película evoca los amores, los sueños y las decepciones de toda una comunidad en la provincia de Palermo desde 1930 hasta 1980: durante el período fascista.

Cicco es un humilde pastor que, sin embargo, encuentra tiempo para alimentar su pasión: los libros, los poemas épicos, las grandes y populares novelas románticas. En los días en los que la gente sufría hambre de la segunda guerra mundial, su hijo Peppino es testigo de innumerables casos de injusticia y descubre una pasión por la política.

Después de la guerra, ocurre su fatídico encuentro con la mujer de su vida.

Una relación a la que todos se oponen porque Peppino se ha convertido en comunista. Pero los dos jóvenes enamorados lograrán cumplir su sueño.

Por Fausto Fernández - Revista Fotogramas (España)

(…) Baarìa, un extenso fresco familiar e histórico siciliano. La verdad es que Tornatore jamás pierde la compostura en este retrato sentimental y nostálgico, y cuando piensas que se le va a ir la mano (la lágrima o la baba) lo resuelve todo (ya sabemos que enfermar y/o matar a personajes simpáticos es la debilidad del director) con una mirada o una elipsis que ni el John Ford de Cuna de héroes.

De héroes anónimos, obligados a cruzar un paseo de monstruosas gárgolas y esperpentos políticos, habla la película. Suerte de Amarcord (ese mosaico de oníricas, surrealistas y divertidas anécdotas enmarcadas en un mismo escenario: el pueblo devenido ciudad) que se va impregnando más de desencanto que de nostalgia, Baarìa también puede verse como un apéndice o respuesta (asimismo desencantada) a la grandilocuente Novecento de Bernardo Bertolucci. Podrá decirse que la ideología en Tornatore es más de derechas, pero lo cierto es que únicamente es crítica con las traiciones y decepciones de una izquierda italiana (el comunismo y cómo lo vive el protagonista). Y es que lo político no es importante en un film que homenajea explícitamente al Tres hermanos de Rossi: es el cine como metáfora de Italia.

Con mayor fortuna que en Cinema Paradiso, el mundo del séptimo arte discurre en paralelo (o en ese zig-zag alegórico de los niños perdidos en el tiempo que cierra, cual sueño felliniano, la película) a la vida: neorrealismo, comedia (con Alberto Lattuada apareciendo en la acción), denuncia social, introspección antonioniana, mafia, padres y patronos de los Taviani, erotismo setentero (el cameo de Mónica Bellucci) y contenida rabia académica propia de Ettore Scola. Baarìa casi sería, pues, la gran película de la cinefilia italiana, pero lo que sí es seguro es la mejor película de Giuseppe Tornatore.

Sobre la película más cara de Tornatore. De Jordi Revert - La Butaca

Giuseppe Tornatore nació en 1956 en Baarìa, en la provincia de Palermo, Sicilia. El director de "Cinema Paradiso" (1988) nació, creció y vivió allí hasta los 28 años, aglutinando memorias y experiencias que ahora vierte en "Baarìa", uno de sus proyectos más ambiciosos y de mayor envergadura hasta la fecha con un presupuesto que supera los 25 millones de euros.

(…) Las cifras que arroja el proceso que va desde la preparación hasta la puesta a punto de la cinta dan una idea de su tamaño: 25 semanas de filmación, 2.800 trajes, 12 meses para la construcción de escenarios, 122 localizaciones, 210 personajes, 35.000 extras…

Llega luego de su paso por la Sección Oficial de la Mostra de Venecia de 2009 (ganando Tornatore el Premio Pasinetti) y haber sido nominada como Mejor Película Extranjera en la pasada edición de los Globos de Oro®.


Una introducción concisa - de Giuseppe Tornatore

Una de las innumerables etimologías posibles es que Bagheria (ciudad de la provincia de Palermo, Italia) pueda también derivar de Bab el gherid, que aparentemente significa el paso del viento en árabe. Pero, desde tiempos inmemoriales, siempre lo hemos llamado Baarìa.

Baaría, en la provincia de Palermo, es la ciudad donde nací y crecí, y donde viví hasta los veintiocho años de edad. Demasiado viejo de acuerdo con Don Fabrizio Salina, el Príncipe en The Leopard de Lampedusa, quien alegaba que los hombres jóvenes debían dejar Sicilia antes de los diecisiete años de edad para evitar que su persona absorbiera los defectos típicos de los sicilianos.

Así que tuve tiempo para absorberlos todos. En primer lugar, definitivamente, la idea de que sea cual sea el lugar donde naciste ese es el centro del mundo; de hecho, y en realidad, es el mundo mismo. Y por último, pero no menos serio, la fuga efímera al limbo de tus recuerdos tan pronto como te das cuenta de que el mundo realmente siempre ha estado en otros lugares y ha seguido girando sin ti.

Bueno, tal vez para volver a la inocencia que perdí el día que me bajé del barco proveniente de Sicilia o, peor aún, para ser coherente con los defectos que tengo por ser baariòto, y que, por más de veinte años (ya han surgido algunas huellas en mis obras con un fondo siciliano), he estado pensando en hacer una película acerca de la temporada única e intemporal de mi vida en la que el universo comenzaba en Via Gioacchino Guttuso 114, seguía por la Piazza Madrice a lo largo del callejón de Corso Umberto I° y terminaba en la rotonda di Palagonia. Si los contamos todos, son sólo unos cientos de metros. Pero si caminas por esas calles arriba y abajo durante años, podrías aprender lo que el mundo en su totalidad nunca podrá enseñarte.


Ennio Morricone (Compositor de la música de Baarìa)

Mi trabajo siempre se basa en un estudio detallado del guión. Necesito saberlo todo sobre una película en particular. Los personajes, los giros y las vueltas de la historia, la ambientación, el período histórico. Con mi enfoque inicial de Baaría, me di cuenta de que iba a resultar una tarea muy compleja y delicada. Un viaje a través de las primeras décadas del siglo XX, pero sobre todo una película a través de la cual Tornatore quería rendir tributo a su patria y, por consiguiente, a su familia.

Ante la responsabilidad de escribir la banda sonora de una película tan importante, necesitaba encontrar el tono correcto. Incluso antes de ver el montaje de la película, ya había escrito algunos de los temas musicales más importantes. A Tornatore le gustaron y una vez más nos dimos cuenta que desde el principio habíamos estado totalmente de acuerdo con la dirección que debía tomar el trabajo.

No sólo estoy haciéndole un cumplido a Peppuccio; realmente me ha encantado esta película. No sólo se trata de otra película más en su extraordinaria filmografía, sino que es más bien una obra que puede hacer que el tiempo se detenga; es un punto de llegada con todo lo necesario para que sea una gran obra de arte. El público no dejará, y de eso estoy seguro, de apreciar la gran fuente de inspiración que emana de cada una de las escenas y la naturaleza épica y poderosa de esta película que está impregnada con un profundo humanismo integral.


Ficha Técnica

Título original: Baarìa: La porta del vento

Dirección: Giuseppe Peppuccio Tornatore

Guión: Peppuccio Tornatore

Música: Ennio Morricone

Producción ejecutiva: Mario Cotone

Fotografía: Enrico Lucidi

Montaje Massimo Quaglia

Maquillaje: Alessandro Bertolazzi, Samankta Mura

Sonido: David Quadroli, Fabrizio Quadroli, Paolo Amici

Vestuario: Antonella Balsamo Luigi Bonanno Marco Fantoni, Marco Magno, Sabrina Beretta

Producción: Tarak Ben Ammar, Marina Berlusconi

País: Francia, Italia

Año: 2009

Duración: 150 min.

Reparto

Francesco Scianna Peppino Torrenuova

Margareth Madè Mannina

Raoul Bova Periodista romano

Ángela Molinae Sarina

Enrico Lo Verso Minicu

Marcello Mazzarella Podestà

Luigi Lo Cascio Mendigo

Michele Placido Representante del PCI

Nicole Grimaudo Sarina (joven)

Giorgio Faletti Corteccia

Leo Gullotta Liborio

Nino Frassica Giacomo Bartolotta

Salvatore Ficarra Nino

Valentino Picone Luigi