→ El lado peligroso del deseo: Sinopsis, elenco, ficha, critica: Knock Knock

SINOPSIS

El genio del terror, Eli Roth, vuelve a ponerse tras las cámaras para dirigir a Keanu Reeves, Ana de Armas y Lorenza Izzo (con la que también trabajó en su anterior proyecto, The Green Inferno), para contarnos la historia de dos hermosas mujeres que entran en la vida de un hombre casado y transforman una salvaje aventura en su peor pesadilla.

Eli Roth escribió, dirigió y produjo las películas de terror Cabin Fever, Hostel y Hostel: Part II, y como actor, co-protagonizó en la película de Quentin Tarantino Inglorious Basterds.

Sus créditos como productor incluyen The Last Exorcism y The Man With The Iron Fists, y sirve como productor ejecutivo en la exitosa serie de Netflix Hemlock Grove.

Más recientemente, Roth co-escribió y dirigió la película The Green Inferno, así como Knock Knock, protagonizada por Keanu Reeves. Él es también el productor de The Starnger (2014).

CRÍTICA

El lado peligroso del deseo es un thriller erótico, que a pesar de su argumento un tanto imposible de suceder en la vida real se disfruta de principio a fin.

El guión está bien armado como para que el espectador imagine varios desenlaces y los vaya cambiando a medida que avanza la proyección, algo fundamental para mantenerlo atento y entretenido cuando la historia gira siempre sobre lo mismo. Las protagonistas femeninas realizan un trabajo actoral superior al de Keanu Reeves que por momentos se lo ve sobreactuado.

El desenlace, con una dosis de humor negro, da un buen cierre a esta historia que a más de uno, por lo menos por unas horas o unos días le sacará las ganas de "entablar relación" con una desconocida.

Una película que se deja ver, pero que se podía haber explotado mucho más

Cintia Alviti

En este artículo podés leer porque mis críticas no contienen calificación, sinopsis o detalles técnicos .

ACERCA DE KNOCK KNOCK

Por Eli Roth

Siempre he estado fascinado por el deseo de salir de tu ambiente seguro para explorar el mundo y los terribles peligros que eso puede provocar. Mis primeras películas, Cabin Fever, Hostel, incluso The Green Inferno, todas siguen a estudiantes de clase media-alta, inteligentes pero mimados que viajan a todos los rincones de la Tierra en busca de una experiencia de vida y terminan deseando nunca haber salido de casa. Después de filmar en un pueblo aislado en la Amazonia peruana para The Green Inferno, me di cuenta de que no podía ir mucho más lejos.

Esto me llevó a preguntarme... ¿qué pasa cuando los problemas vienen a tu propia casa? ¿Qué pasa si la tentación llega a tu puerta, y una vez que la dejas entrar al lugar más seguro que conoces - donde te sientes completamente en control - sin saberlo estás liberando la caja de Pandora? ¿Qué sucede cuando tu propio mundo privado, que sentís controlar, es tomado por una fuerza exterior y todo lo que has construido comienza a derrumbarse a tu alrededor? Encontré la respuesta en una película llamada Death Game, una joya inédita de 1977 protagonizada por mi amiga y ahora productora Colleen Camp. Colleen me habló de la película, que protagonizó a los 21 años, pero nunca tuvo un lanzamiento real en cines debido a una demanda de bancarrota.

Death Game es un verdadero clásico perdido de los años 70, y sentí que la premisa básica de la película era ahora más relevante que nunca. Dos chicas aparecen en una casa en medio de la noche, el hombre casado las deja entrar, y después ya no se van.

Es sólo la naturaleza humana el querer lo que no tenemos. Estando en mis tempranos 40, ahora más que nunca veo una falta de conexión con la generación más joven, (generación iPhone). Con el advenimiento de las redes sociales, las chicas adolescentes se sexualizan a ellas mismas a tal grado que es difícil discernir si tienen 14 o 24 años simplemente por sus imágenes en medios sociales. En un mundo donde todo el mundo ha visto todo y nada sorprende, toda una generación de niños se esfuerzan por obtener atención y validación a través de las redes sociales, cada uno tratando de conseguir más likes que el otro. Para alguien de mi edad, Instagram, Vine, y Twitter no importan. Incluso Facebook no es tanto una prioridad si se es un profesional establecido con una familia. Pero eso no significa que las personas en sus 40 no sientan curiosidad por esa generación. Una y otra vez mis amigos casados se han dirigido a mí y me preguntan con picardía "¿qué se siente? ¿Acaso las chicas de 20 son mucho más locas que cuando nosotros teníamos 20?".

La conectividad social ha roto las fronteras de qué edades son apropiadas para salir en una cita, y la tasa de divorcio del 50% en los Estados Unidos ha dejado una generación de chicas jóvenes con problemas psicológicos que adulan abiertamente a hombres de mayor edad en Twitter y Tumblr. ¿Qué pasaría si estuvieras felizmente casado con hijos, pero sólo por una noche dejaras el ambiente seguro y cómodo que has pasado toda una vida construyendo para ver lo que es tener sexo con esta nueva y abierta generación para quien nada es impactante sexualmente?

Con Knock Knock quería mostrar lo frágil que es el mundo que tardamos una vida en construir. ¿Qué pasa si hiciste todo bien - fuiste a una buena escuela, saliste con gente agradable hasta que conociste a la persona adecuada, te estableciste y construiste una buena vida para ti mismo... y aún así, tienes el creciente sentimiento de que te estás perdiendo de algo. ¿Qué pasa si querías tentar a la suerte sólo por una noche pensando que podrías salirte con la tuya? Quería que el público pudiera compadecerse de Evan (Keanu Reeves), nuestro personaje principal, y tomar en secreto las mismas elecciones que él. Evan trata de hacer lo correcto, y sin embargo, no puede nunca realmente decir que no a estas chicas que se presentan a su puerta y lo seducen. Evan constantemente piensa que está en control, y ese es su error fatal. Las personas en sus 40 no tienen idea del daño que se puede causar con los medios sociales, a través de las redes sociales, simplemente porque nunca han tenido que pensar a la defensiva de esa manera. Los adolescentes de hoy han crecido con la amenaza de que alguien arruine su vida con una imagen o un mensaje de texto, también como resultado saben cómo destruir a alguien. Es una habilidad que tiene que desarrollarse como un adolescente hoy en día, pero no es una que se encuentre en la conciencia de un personaje como Evan.

Las ilustraciones juegan un papel importante en la película. Mi madre es una artista, y yo crecí con sus pinturas por toda nuestra casa, y, eventualmente, tuve la suerte de verlas en galerías de Nueva York, Boston y Chicago. He visto de primera mano lo difícil que es crear, y lo que se necesita para llenar un lienzo en blanco con la imaginación y el alma. De hecho, mi madre en muchos sentidos es mi mayor influencia en mi propia carrera como escritor/director. Sin embargo, el arte, en su núcleo, podría ser simplemente un concepto que no existe. La demostración de la existencia del arte es como probar la existencia de Dios. La evidencia está en todas partes, sin embargo, sólo existe porque alguien lo etiqueta como arte. Para una persona una escultura podría ser una obra inestimable de arte, sin embargo, para otra sólo podría ser yeso coloreado. Soy muy consciente de mi reputación por daño corporal y desmembramiento, y con Knock Knock quería sustituir el cortar los miembros de la escultura en vez de los del humano.

Me parece que la destrucción del arte es mucho más dolorosa, porque la idea de que, no importa lo que creamos, esto es completamente inútil para otra persona, es muy real y aterradora. Todo lo que encontramos sagrado en una obra de arte puede no significar absolutamente nada para un completo desconocido, quien lo destruiría todo con un golpe de martillo sin pensarlo dos veces. Yo comprendí la obra de arte como una metáfora de las relaciones de Evan, con su familia, con la vida que había construido, y una vez que deja entrar una peligrosa fuerza, se arriesga a perderlo todo.

Yo quería que Knock Knock fuera una película que resistiera la prueba del tiempo como Death Game. Quería crear algo poderoso, provocador, y al mismo tiempo divertido. No quiero denigrar a las chicas, quiero que el público simpatice con ellas también, porque son víctimas del juego de alguien, y lo que hacen a Evan lo ven como terapia. Quería ver Fatal Attraction en la era de los medios sociales, cuando lo que se hace en la intimidad de tu propia casa de repente se convierte en propiedad del mundo entero.