SINOPSIS
JACKIE retrata, de manera íntima y mordaz, uno de los momentos más importantes y trágicos de la historia de los Estados Unidos, a través de los ojos de la icónica Primera Dama, y después Jacqueline Bouvier Kennedy (Natalie Portman).
JACKIE nos sitúa en su mundo durante los días inmediatamente posteriores al asesinato de su esposo.
Conocida por su extraordinaria dignidad y entereza, vemos aquí un retrato psicológico de la Primera Dama que lucha por establecer el legado de su marido y el mundo de "Camelot" que ella creó y amó tan bien.
JACKIE lleva al público a un viaje personal, sumergiéndose en uno de los eventos más extraordinarios de la historia de Estados Unidos, y también en un drama profundamente emocionante que ilumina de manera fascinante a la mujer, a la época y a las formas en que nos conducimos y contamos las historias sobre las tragedias más intensamente públicas.
Al comenzar el 22 de noviembre de 1963, Jacqueline Kennedy era una de las figuras más famosas, admiradas y envidiadas del mundo. Elegante, seductora y con gran estilo, no sólo fue la mujer del presidente electo más joven de los Estados Unidos, sino también la Primera Dama de la era televisada… fotogénica, cautivadora y aún así poco conocida detrás de su imagen casi mítica de gracia, juventud e idealismo.
Sin embargo, en pocas horas, el mundo de Jackie, junto con la fe de la nación, se sacudiría de sus cimientos cuando John F. Kennedy fue abatido por balazos asesinos mientras transitaba junto a Jackie en una caravana presidencial por Dallas. En un momento lleno de confusión y conmoción, el mundo fue testigo del dolor de la Primera Dama en imágenes que siguen siendo tan conmovedoras y fascinantes como siempre. Pero lo que nadie vio fue lo que ocurría puertas adentro, en su mundo privado herméticamente cerrado. Repentinamente sola, salvo por su familia, su confidente y sacerdote, la Primera Dama se enfrentó a una serie de desafíos como esposa, madre y parte reticente de la máquina política: consolando a sus hijos, planificando el funeral de su marido, preparándose para que el próximo Presidente se mudara inmediatamente a la Casa Blanca y, lo más destacable, luchando para mantener el control sobre cómo definiría la historia el legado de su esposo.
CRÍTICA
Jackie es una biopic que se centra en lo que vivió Jacqueline Kennedy en los días posteriores al asesinato de su esposo, y se destaca por la gran interpretación de Natalie Portman.
La narración está realizada en varias escenas como si fuera un documental, y esto por lo tanto le da más fuerza y credibilidad al personaje que recrea las situaciones vividas con mucha naturalidad.
Si bien lo que se cuenta es doloroso y es históricamente atractivo para el espectador, el avasallante y meticuloso trabajo actoral de Portman supera con creces todo lo que el film tiene para aportar. La ambientación de época y el vestuario es impecable, es como si uno realmente estuviera viendo cintas de esa década.
Una muy buena propuesta en el cine que no se debe dejar pasar si sos amante de las biopicsCintia Alviti
En este artículo podés leer porque mis críticas no contienen calificación, sinopsis o detalles técnicos .
JACKIE reúne al premiado director Pablo Larraín (Neruda, No) con la actriz ganadora de un Oscar® Natalie Portman, en esta nueva representación de la privacidad de uno de los momentos más profundos del siglo XX. De un modo sumamente audaz, Larraín le da un giro al género biopic, mezclando secuencias históricas con recreaciones completamente ficticias, y se adentra en el momento más crítico de la vida de Jackie, pero en todos sus matices pintados en detalle. Al
mismo tiempo, Portman explora el territorio inquietante de una mujer que hace malabares con su dolor incomprensiblemente vasto pero contenido, en la mira del mundo entero, que recuerda y le da significado a cada uno de sus movimientos. El resultado es un retrato íntimo, pero uno de temas épicos, que proporciona un retrato de Jackie como nunca antes vista: el de una mujer profundamente humana, vulnerable, que repentinamente se enfrenta al poder de la pérdida, el amor, la auto conservación, la conciencia pública y la historia.
"Todos conocemos la historia del asesinato de John F. Kennedy. Pero, ¿qué pasa si nos centramos sólo en Jackie?
¿Cómo fueron los tres días posteriores, ahogándose en el dolor, la vida de ella y la de sus hijos cambiaron para siempre, y los ojos del mundo entero se fijaron sobre ella? Jackie era una reina sin corona, que perdió tanto su trono como a su marido..." - Pablo Larraín, septiembre de 2016
UN GUION ARRIESGADO, UN DIRECTOR ATREVIDO Y UNA ACTRIZ INCANDESCENTE
Jackie Kennedy llevó una vida multifacética de poder e influencia, pero cuando el guionista y periodista Noah Oppenheim tuvo que escribir sobre ella sintió que había una historia que hablaba a su psique de la manera más convincente, los notables días inmediatamente posteriores que la Primera Dama pasó casi sola en la Casa Blanca después de la muerte de su marido.
En un período de apenas una semana, esta mujer extremadamente privada tuvo que enfrentar una pérdida personal impensable, una dura realidad política, una nación en medio de un trauma colectivo y, en medio de toda la incertidumbre, la organización de Washington y el escrutinio público, la responsabilidad de mantener vivo todo lo que su esposo quería representar en Estados Unidos. Aunque hoy está entre los presidentes más amados de los Estados Unidos, el legado de JFK fue asegurado casi a su muerte. Hacía apenas 2 años y 9 meses que estaba en el cargo, y las personas más cercanas a él temían que se olvidara todo aquello que aspiraba lograr, ya que el potencial había quedado insatisfecho. En medio de su propia angustia, Jackie se esforzó en cumplir una única misión: contar la historia de su marido de modo tal que siempre fuera recordada, un momento brillante, aunque breve, de la promesa norteamericana.
Según Oppenheim, esa semana fue un período de tiempo que definió no sólo el ícono en el que Jackie se convertiría sino también el principio de nuestra cultura saturada de imágenes de un modo no antes explorado en realidad.
"Como tantas mujeres en la historia, Jackie nunca tuvo lo que se merecía. Si bien ha sido retratada principalmente por su estilo y elegancia, en realidad se merece más crédito por su excepcional comprensión de la imagen, las relaciones públicas y por la creación de la idea de Camelot después de la muerte de JFK", opina Oppenheim. "Cuando leí sobre esa única semana de 1963, cuando debió consolar a dos niños afligidos, lidiar con dejar el que era su único hogar, contemplar una vida futura completamente diferente y, al mismo tiempo, tomar la última oportunidad de solidificar el legado de su esposo, fue extraordinario. No podía imaginar un momento más revelador para explorar a una de las mujeres más interesantes del siglo pasado".
Oppenheim se estableció en el mundo de las noticias y la política, sirviendo como Vicepresidente Senior de NBC News, donde a menudo hablaba sobre el impacto de Kennedy con su colega y biógrafo de Kennedy, Chris Matthews, y como productor principal de "Today Show". Además, es coautor del bestseller The Intellectual Devotional: American History, un compendio de sabiduría de figuras históricas de Norteamérica. Naturalmente, se zambulló con entusiasmo en la investigación y examinó los interminables archivos acumulados sobre la familia Kennedy y la administración de corta duración pero interminablemente influyente.
Sin embargo, la investigación sólo podía llevarlo tan lejos como para recrear la voz, la personalidad y las emociones a menudo ocultas de Jackie.
"La bendición de escribir sobre alguien como Jackie es que hay una cantidad abrumadora de información acerca de quién era, cómo se comportaba, la línea de tiempo de su vida", admite.
"Esta preponderancia de información sobre su vida me permitió enraizarla en la realidad, pero también me proporcionó la oportunidad de indagar y utilizar mi imaginación para darle vida en las páginas. Gracias a que contaba con esta riqueza de investigación, fui liberado de forma creativa y pude excavar más profundamente y explorar sobre su vida más allá de los límites de los hechos en los que pude basarla".
Mientras investigaba y escribía, Oppenheim realmente sentía que estaba escribiendo una historia no sólo del pasado, sino una historia que resuena plenamente con el mundo de hoy: una historia sobre una mujer que de muchas maneras fue la primera en la historia presidencial en forjar la idea de crear un legado visual que vive para siempre.
"La historia de Jackie Kennedy nos habla hoy por varias razones", dice Oppenheim. "Por un lado, se remonta a una época en que la política tenía cierta dignidad, cuando todos admirábamos a la gente que ocupaba la Casa Blanca. También creo que Jackie fue una especie de primera reina norteamericana, alguien que nos mostró lo que es tener la gracia más noble bajo fuego. Y creo que en este momento la gente está tratando desesperadamente de ver a través de la niebla que rodea lo que es real y lo que no está en nuestro mundo, por lo que es un tiempo maduro para explorar el modo en que las figuras públicas moldean su imagen y crean mitologías alrededor de sí mismos".
El guión intelectualmente inquisitivo de Oppenheim, tan radicalmente emotivo, tan diferente a todo lo que se había escrito sobre Jackie Kennedy, terminó con la famosa "Lista negra" de los mejores guiones aún sin producir y lanzó su carrera como guionista. Spielberg cortejó el guión por un tiempo. Otro cineasta al que le atrajo fue Darren Aronofsky, el director iconoclasta y aventurero, cuyas películas incluyen Black Swan, The Wrestler y Requiem for a Dream. Al principio, Aronofsky pensó en dirigirlo él mismo, pero finalmente llevó la película al director Pablo Larraín y a Natalie Portman, con quien había tenido una relación altamente creativa en Black Swan, y él se sumó al proyecto como productor con su compañía Protozoa Pictures.
Sobre su reacción a JACKIE, Aronofsky cuenta, "Se trataba de un proyecto sumamente interesante para llevar a cabo. Creo que puede ser muy importante reconocer que incluso los iconos a quien más admiramos son realmente humanos. El hecho de explorar tanto su valor y fuerza, como sus temores y sus dudas no los hace más débiles. Muy por el contrario, creo que eso hace que alguien como Jackie Kennedy sea aún más real y más poderosa".
Aronofsky todavía estaba pensando en qué dirección llevar el material cuando vio la película de Pablo Larraín The Club, un drama fascinante ambientado en un hogar de retiro secreto para sacerdotes católicos con problemas. Parecía obra del destino. El estilo cinematográfico claramente distintivo de Larraín y su sagaz habilidad para convertir el carácter, la emoción y la perspicacia política en una narrativa impactante parecía un gran partido para la investigación de Oppenheim sobre Jackie Kennedy después del asesinato. "The Club es una película muy impresionante; extremadamente emocionante, que te lleva a un mundo diferente y presenta personajes con quienes nunca imaginaste simpatizar", explica Aronofsky. "Después de que la vi, estaba convencido de que Pablo sería capaz de hacer cualquier cosa".
El director chileno tenía sólo una condición: se embarcaría en el proyecto únicamente si Natalie Portman aceptaba interpretar a Jackie. Aronofsky estuvo de acuerdo en que ella era la única opción. "Uno se pregunta si alguien sería capaz de interpretar a Jackie, es una figura tan icónica", dice Aronofsky. "Pero en cierto modo Natalie te hace olvidar que estás mirando a Natalie. De alguna manera a través de su magia y vudú, ella puede desaparecer dentro de cualquier personaje".
Larraín es quizás más conocido por su película chilena No, un thriller político optimista protagonizado por Gabriel García Bernal basado en la historia real de un grupo de disidentes de marketing que deshizo a un dictador en el referéndum nacional para derrocar al general Augusto Pinochet del poder. Este año, también tiene otra biopic innovadora, Neruda, sobre el poeta chileno Premio Nobel.
El hecho de que Larraín fuera chileno, un país con su propia historia política complicada, y a veces trágica, no le preocupaba a Aronofsky. Por el contrario. "A veces las historias más interesantes son contadas por alguien que puede ver con ojos frescos", señala Aronofsky. "Además, Pablo tiene esa rara habilidad para enfocarse en personajes, a quienes se nos dificulta acercarnos, sin embargo, él hace que tus sentimiento hacia ellos sea muy profundo, y eso es lo que generó, una conexión sumamente interesante con JACKIE".
Natalie Portman se sintió del mismo modo. "Creo que una de las tantas cosas emocionantes de trabajar con Pablo era que él no tenía esa clase de reverencia que los estadounidenses tienen por los Kennedy", dice Portman. "Fue capaz de darle un enfoque menos ortodoxo a la película, y con un sentimiento intenso y desinhibido. Llevó el proyecto hacia una dirección completamente inesperada y visionaria".
Noah Oppenheim quedó inmediatamente impresionado por Larraín. "Trabajar con Pablo ha sido una colaboración increíblemente gratificante", afirma Oppenheim. Le aportó un punto de vista realmente único al material y me desafió a ir más allá en términos de explorar la humanidad de Jackie y las facetas contradictorias de su personalidad. El guión seguía mejorando a medida que trabajábamos juntos".
Tan pronto como Larraín se incorporó al proyecto, aportó sus propias ideas originales de cómo abordar y filmar JACKIE. Siempre vio la película como una multitud de narraciones sobre lo más íntimo de Jackie, una serie de momentos e impresiones que, al igual que los fragmentos de un caleidoscopio, se combinan para crear una imagen más maravillosamente compleja. También imaginó un estilo de cámara casi íntimamente doloroso que resalta una crudeza subjetiva nunca antes vista en el escenario de la Casa Blanca, un estilo que se convierte en parte de la actuación cuidadosamente calibrada y abiertamente expuesta de Portman.
Esa intimidad también significaba que Larraín sentía que tenía que conocer en profundidad la privacidad de Jackie en su propia mente y corazón. Como la mayoría de la gente, tomó conciencia de lo poco que sabía de quién era ella más allá de la imagen profusa que todos hemos visto de una encantadora Primera Dama y viuda estoica. Quería abrir esa imagen cubierta de oro y buscar las verdades más claras. Mientras buscaba, se emocionaba cada vez más por la compasión de Jackie, su cuidado no sólo por sus hijos, sino por el legado de su esposo y por la maltratada psique de la nación.
"Al principio todo lo que yo sabía sobre Jackie era bastante superficial", señala Larraín. "La conocía como la mujer que siempre se ve en las fotos junto a JFK, la mujer conocida por su moda, gusto y estilo. Creo que así es como la mayoría de la gente la conoce en Estados Unidos y alrededor del mundo. Pero yo quería cambiar ese punto de vista e ir más profundo. Cuanto más buscaba, más encontraba a una mujer sumamente sofisticada, muy inteligente y que tenía un increíble sentido político propio. Y lo más importante, es que se trataba de una mujer que entendía la comunicación como pocos en aquél entonces".
Larraín también se sintió fascinado, y conmovido, por la manera en que Jackie se permitió convertirse en una especie de conducto de los sentimientos colectivos de angustia y duda del público a raíz del único asesinato presidencial del siglo XX. "Estados Unidos nunca ha tenido
realeza y, sin embargo, en ese momento, Jackie se convirtió en una reina sin trono, en una madre para una nación en duelo", observa el director. Ella soportó toda su pena y dolor incluso mientras soportaba tanto la aflicción y la conmoción. Se puso toda la carga al hombro y siguió adelante. No pudo haber planeado estos acontecimientos, sin embargo, cuando llegó el momento, se condujo con muchísima gracia y un amor extraordinario".
Durante esa semana turbulenta, Jackie sin darse cuenta construyó una reputación como alguien sumamente valiente y querido como su marido, planeó el funeral que se convertiría en una catarsis nacional grandísima. "Esta no era su intención, convertirse en un icono", observa Larraín. "Pero al intentar proteger el legado de su esposo, se convirtió en uno. Había una brecha entre su objetivo y el resultado real, que es una entre tantas cosas que me parecía interesante explorar en esta historia".
NATALIE PORTMAN LEVANTA EL VELO DE UN GRAN ICONO NORTEAMERICANO
La pieza central de JACKIE es la interpretación de Natalie Portman, emocionalmente desnuda, que permite al público acceder de un modo inusual a la psique interior de Jackie Kennedy en algunos de sus momentos más volátiles, frágiles, reflexivos e inteligentes. Es una actuación repleta de detalles humanos pequeños y honestos que subyacen incluso en las imágenes públicas más imponentes y cuidadosamente compuestas.
Un personaje diferente a cualquier otro, también un papel que cualquier actriz abordaría con seriedad. Después de todo, Jackie Kennedy lleva mucho tiempo en las listas de las mujeres norteamericanas más admiradas de todos los tiempos. Siguiendo la tradición de Abigail Adams y Eleanor Roosevelt, fue una Primera Dama que parece haber capturado el espíritu de la época, aunque Jackie también se distinguió del resto. Sus contradicciones eran brillantes. Si bien con su título en literatura francesa tenía un lado aristocrático, erudito, también tenía una popularidad infalible y un estilo que marcaba tendencia. Ella se conducía con tímido tradicionalismo, pero con su fría compostura también parecía encajar en la creciente y nueva cultura de la televisión. Con apenas 31 años cuando John F. Kennedy asumió al poder, era tan joven y aparentemente emblema tan grande de un nuevo mundo esperanzado impulsado por el cambio, que era imposible imaginarla como una viuda.
Y, sin embargo, Jackie fue quien dejó la Casa Blanca sola, y sus hijos, sin padre. Una última motivación la mantuvo de pie en aquellos días finales. Aunque su corazón estaba en cólera, confiaba en su voluntad de hierro para moldear el legado de su esposo de manera tal que nunca pudiera desvanecerse. Organizó el cortejo fúnebre tomando como ejemplo el de Abraham Lincoln, insistió en que fuera enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington y se aseguró de que la tumba tuviera una llama eterna, como la tumba del Soldado Desconocido en París. Estas decisiones conformaron no sólo parte de su legado, sino también del legado perdurable de Jackie, estableciéndose como el símbolo por excelencia de dignidad y resolución frente a las circunstancias más extremas.
Para Pablo Larraín, no había nadie que pudiera encarnar ese momento en la vida de Jackie Kennedy mejor que Portman. No era una elección obvia desde el punto de vista físico. Las dos mujeres no se parecen en ningún sentido. Pero había algo debajo de la piel que para Larraín presentaba una similitud.
"Natalie tiene algo que es esencial en la actuación y ejecución que es misterio", dice Larraín. "Y si hay una mujer que yo considerara la más misteriosa en el último siglo es Jackie Kennedy. Natalie también tiene una elegancia, sofisticación, inteligencia y sensibilidad artística similar a
Jackie. Pero lo más importante para mí fue esa sensación de misterio. Natalie es alguien que transmite tanto cuando la miras, y para mí eso es cine. Jackie podría ser interpretada enteramente superficialmente, pero yo sabía que, muy por el contrario, Natalie iría muy profundamente. Ella nos muestra una mujer que está sangrando por dentro, pero que lo contiene todo, que contiene todo el sufrimiento de la nación dentro de ella de un modo en que uno puede sentirlo".
Algunas de las escenas más memorables de Portman son en las que Jackie está completamente sola, lo que le permite explorar cómo Jackie se comportó cuando no tenía los ojos del público sobre ella. "Creo que cuando la gente está sola, uno puede ver más cosas, ya que no tienen que fingir frente a ninguna persona", dice la actriz. "Eso es especialmente cierto para Jackie, que obviamente tenía que pretender ser tantas cosas distintas en momentos diferentes. En esos momentos a solas, uno puede hacerse una idea de su verdadero yo".
Una escena particularmente tempestuosa y evocadora para Portman es la de un momento ficticio, Jackie escucha una grabación de "Camelot", mientras vaga por la Casa Blanca, desesperadamente probando una serie de trajes y vestidos, ninguno de los cuales parece expresar lo que quiere en este momento, cuando todos sus instintos deben desenredarse, debe continuar con su fachada de una u otra manera.
Larraín habla sobre la escena, "Tienes a la mujer más elegante del mundo sin saber cómo vestirse porque, de repente, no sabía exactamente quién era. Para nosotros, debía seguir probándose vestidos, y con Natalie, el resultado fue una metáfora hermosa y triste de una crisis de identidad interna".
Como casi toda la película se rodó en primerísimos primeros planos, Portman tuvo una relación especialmente creativa con la directora de fotografía Stéphane Fontaine, quien se convirtió en su sombra. Las dos tuvieron que trabajar como una unidad combinada, como dos bailarines en un pas de deux muy complejo. "Siento que muchísimo de la actuación fue enaltecido por la forma en que todo funciona en sincronía con la cámara de Stéphane", comenta Portman. "Las decisiones tomadas por Stéphane tienen un gran impacto emocional".
V I S T I END O A JACKIE
Como Primera Dama, Jackie Kennedy inspiró a millones de mujeres en todo el mundo con su elegancia natural. Su sello de estilo era sofisticado y, a su vez, moderno, fuerte y femenino, repleto de vestidos simples de línea trapezoide, de coloridos sombreros sin ala y de trajes Chanel formales. Sin embargo, su atractiva imagen también funcionaba como una especie de escudo, que separaba la persona pública que ella construía, de la persona que pocos fuera de su familia veían.
La formidable tarea de vestir a Natalie Portman con los legendarios trajes de Jackie recayó en manos de la diseñadora de vestuario francesa Madeline Fontaine, conocida por su trabajo en Amelié, A Very Long Engagement e Yves Saint Laurent. Uno de sus mayores retos fue recrear el inimitable traje Chanel de rosa fresa y el sombrero rosa que Jackie llevaba en la caravana política de Dallas, un traje que quedaría grabado para siempre en la mente de todos los que recordarían ese día. Hecho a mano y a medida para Jackie en la casa de moda de Chez Ninon de Nueva York, el vestido en sí se ha convertido en un leitmotiv de Camelot.
Fontaine no sólo tuvo que recrear el famoso vestido, sino que tuvo que diseñarlo específicamente teniendo en cuenta los primeros planos e iluminación de la cámara. "Primero con Pablo y Stéphane tuvimos que elegir el color correcto para las diferentes cámaras que se usaban. Hicimos pruebas de cámara de diferentes colores para obtener EL rosa. Y luego hicimos cinco vestidos.
La primera vez que vimos a Natalie en el set con el traje fue realmente impresionante", dice
Fontaine. "Ella llevaba el aura de Jackie".
Otro desafío fue el vestido de dos piezas, de lana rizada, rojo oscuro, que Jackie usa durante su recorrida por la Casa Blanca, que la mayoría de la gente lo asocia con la imagen grisácea de la televisión de los años sesenta. "De hecho, existen algunas fotos del vestido en color por lo que pudimos ver el rojo original. Pero tuvimos que hacer dos piezas diferentes, una roja y otra rosa, para obtener la tonalidad de gris adecuada para las imágenes de televisión en blanco y negro", explica Fontaine.
Para Portman, los vestidos eran otro camino para conocer y convertirse en Jackie. "Madeline hizo un trabajo increíble recreando el vestuario que todos hemos visto usar Jackie", dice Portman. "Jackie apreciaba muchísimo la belleza y eso era importante para quien era, incluso si a veces era mal considerada como una indulgencia. Comencé a ver su ropa como parte de toda esta fachada que rodeaba a Jackie. Formaba parte de cómo ella quería ser vista, pero eso no era todo lo que ella era".
El productor Ari Handel resume, "Era crucial que los vestidos de Jackie fueran los correctos, y Madeline no solo lo logró, sino que logró que se sintieran con vida. Se ven tan reales, que te involucra en una nueva relación con estas imágenes icónicas que nosotros ya conocemos. Todos hemos visto el traje rosado de Jackie, pero cuando ves a Natalie Portman quitándoselo, de repente tomas conciencia de que esta mujer había pasado 24 horas con ropa empapada con la sangre de su marido. Es un recordatorio visceral de todo lo que sucedió".
A CE R C A DEL REPARTO
NATALIE PORTMAN (JACKIE KENNEDY) recibió su segunda nominación a los premios de la Academia®; la primera a Mejor Actriz, la cual ganó por su labor en la película de Darren Aronofsky, aclamada por la crítica, BLACK SWAN. Por su papel, Portman también recibió un Globo de Oro, y los premios BAFTA, SAG y Critics Choice.
En la pantalla, la actriz ha participado en más de veinticinco películas, entre las que figuran, THE PROFESSIONAL, de Luc Besson, que marcó su debut cinematográfico en 1994; HEAT; BEAUTIFUL GIRLS; EVERYONE SAYS I LOVE YOU; MARS ATTACKS!; ANYWHERE BUT HERE (nominación a los Globo de Oro); WHERE THE HEART IS; COLD MOUNTAIN, GARDEN STATE, CLOSER (Nominación al premio de la Academia y Globo de Oro); FREE ZONE; V FOR VENDETTA; PARIS JE T'AIME; GOYA'S GHOSTS; MY BLUEBERRY NIGHTS; MR. MAGORIUM'S WONDER EMPORIUM; THE OTHER BOLEYN GIRL; NEW YORK, I LOVE YOU; THE OTHER WOMAN; BROTHERS; NO STRINGS ATTACHED; YOUR HIGHNESS, HESHER; THOR y su secuela THOR: THE DARK WORLD; JANE GOT A GUN; las películas de George Lucas de la franquicia Star Wars, STAR WARS: EPISODE 1
THE PHANTOM MENACE, STAR WARS: EPISODE II ATTACK OF THE CLONES y STAR WARS: EPISODE III REVENGE OF THE SITH. Las precuelas de la exitosísima trilogía STAR WARS de los setenta y los ochenta se ubican entre las películas con mayor recaudación de la historia a nivel mundial. Asimismo, terminó de filmar varias películas próximas a estrenarse como, KNIGHT OF CUPS, de Terrence Malick, y una segunda aún sin título del mismo director; la película francesa PLANETARIUM, junto a Lily Rose-Depp; y la segunda película de Alex Garland, altamente esperada, ANNIHILATION, para Paramount. Además, Portman protagonizará una biopic sobre Ruth Bader Ginsberg (ON THE BASIS OF SEX).
En teatro, Portman participó en la obra de Shakespeare THE SEAGULL, de Mike Nichol, e una producción de Park junto a Meryl Streep, Kevin Kline y Philip Seymour Hoffman; así como también en la producción de Broadway de James Lapine, THE DIARY OF ANNE FRANK.
Por otro lado, Portman también ha asumido una variedad de labores detrás de cámara. Escribió, dirigió, produjo y protagonizó la película próxima a estrenarse A TALE OF LOVE AND DARKNESS, que se presentó a nivel mundial en el Festival de Cine de Cannes 2015 y en el Festival Internacional de Cine de Toronto 2015. La historia, basada en las memorias de Amos Oz, gira en torno a la infancia de Oz en Jerusalén, durante el período que le siguió al final del mandato británico sobre Palestina y los primeros años del Estado de Israel, además de su adolescencia en un kibutz. Los créditos de Portman también incluyen EVE, que escribió y dirigió, y que cuenta la historia de una joven que termina en la época de su abuela. La película fue presentada en el Festival de Cine de Venecia en 2008 y estaba protagonizada por Lauren Bacall, Ben Gazzara y Olivia Thirlby. Además, escribió y dirigió un cortometraje para NEW YORK, I LOVE YOU, sobre un día en la vida de un padre e hija en Central Park. La película contiene a doce cineastas, cada uno dirigió una viñeta que ilustra el tema universal del amor dentro de los cinco condados de la ciudad de Nueva York.
Portman está actualmente desarrollando proyectos cinematográficos a través de su compañía de producción, handsomecharlie films. El objetivo de la empresa es encontrar películas inteligentes y accesibles de géneros variados, así como comedias femeninas. Los próximos proyectos incluyen el documental THE SEVENTH FIRE, sobre un grupo de pandilleros nativos norteamericanos, y el documental EATING ANIMALS, basado en el libro de Jonathan Safran Foer.
Portman se convirtió en la primera Embajadora de la Esperanza de FINCA, un programa de micro finanzas bancarias locales que ofrece pequeños préstamos y programas de ahorro a las familias más pobres del mundo para que puedan crear sus propios empleos, aumentar los ingresos de sus hogares y mejorar su nivel de vida reduciendo así la pobreza en todo el mundo. Como Embajadora de la Esperanza, Portman ha demostrado ser una persona consciente y dedicada a nivel mundial que apoya la labor de FINCA a través de su dedicación y visitas a los programas de FINCA International en países como Guatemala, Ecuador y Uganda. También se ha reunido con miembros de alto nivel del Congreso de los Estados Unidos para presionar por el apoyo del financiamiento internacional de micro finanzas.
Como Embajadora de Free The Children, Portman presta su tiempo a la organización que faculta a los jóvenes para eliminar las barreras que les impiden ser ciudadanos locales y globales activos. Los trabajos de caridad en proyectos internacionales, incluyendo el modelo Adopta una Aldea, que acerca a más de 650 escuelas y salas escolares a la juventud y proporciona agua limpia, salud y saneamiento a un millón de personas en todo el mundo, liberando a los niños y sus familias del círculo de pobreza.
Graduada de Harvard en psicología, Portman también ha estudiado en la Universidad Hebrea en Jerusalén.
PETER SARSGAARD (BOBBY KENNEDY) sigue siendo un actor reconocido por amplia capacidad de acceder a lo que está detrás de las fachadas, a menudo complicadas, de los personajes que interpreta.
Este otoño, protagonizó THE MAGNIFICENT SEVEN de Antoine Fuqua, junto a Denzel Washington, Ethan Hawke, Chris Pratt y Haley Bennett. La película cuenta la historia de siete pistoleros en el viejo oeste que poco a poco se unen para ayudar a un pueblo pobre contra los ladrones salvajes. La película celebró su estreno mundial como la película de la Noche de
Apertura en el Festival Internacional de Cine de Toronto 2016 y abrió en el puesto # 1 en la taquilla.
En la actualidad, a Sarsgaard se lo puede ver en la serie documental de EPIX de Norix Lear, American Divided, junto a Common, America Ferrera, Rosario Dawson y Amy Poehler sobre un grupo que viaja por todo el país explorando los problemas socioeconómicos que asolan la nación de hoy.
En 2015, obtuvo excelentes críticas por su interpretación del famoso psicólogo Stanley Milgram en EXPERIMENTER, junto a Winona Ryder. La película, dirigida por Michael Almereyda, se estrenó en el Festival de Cine de Sundance en 2015 y fue exhibida en el Festival de Cine de Nueva York.
Sus créditos cinematográficos anteriores incluyen, BLACK MASS, de Scott Cooper; PAWN SACRIFICE, de Ed Zwick; NIGHT MOVES, de Kelly Reichardt; BLUE JASMINE, de Woody Allen, junto a Cate Blanchett; LOVELACE, junto a Amanda Seyfried; GREEN LANTERN; KNIGHT AND DAY, AN EDUCATION, ORPHAN, IN THE ELECTRIC MIST, ELEGY; RENDITION; YEAR OF THE DOG, dirigida por Mike White; JARHEAD, dirigida por Sam Mendes; FLIGHTPLAN, junto a Jodie Foster; THE DYING GAUL, junto a Campbell Scott y Patricia Clarkson; KINSEY, dirigida por Bill Condon y protagonizada por Liam Neeson y Laura Linney; GARDEN STATE, junto a Zach Braff y Natalie Portman; SHATTERED GLASS, junto a Hayden Christensen, por la que fue nominado a un Globo de Oro; y K-19 WIDOWMAKER, junto a Harrison Ford y Liam Neeson.
En la pantalla grande, Sarsgaard primero recibió la enorme aclamación por su papel como John Lotter, el torturador y el violador en BOYS DON'T CRY, de Kimberly Pierce, junto a Hilary Swank y Chloe Sevigny. El actor recibió elogios de la crítica por su aguda interpretación de un violento ex presidiario poco preparado para enfrentarse a tan asombrosa revelación.
En 1995, Sarsgaard hizo su debut teatral en la producción Off-Broadway de Horton Foote, de Laura Dennis, dirigida por James Houghton. En 2008, el actor debutó en Broadway como Trigorin en The Seagull, de Anton Chekov, junto Kristin Scott Thomas y Carey Mulligan. Este fue el comienzo de su corrida de Anton Chekov aclamada por la crítica, que fue seguida por una corrida en el circuito off-Broadway de ejecutar de Uncle Vanya que culminó con Three Sisters, ambas protagonizadas junto a Maggie Gyllenhaal. Three Sisters fue nominada a un Premio Lucille Lortel al Sobresaliente Logo en el circuito Off-Broadway y a un premio Drama Desk Award. En abril de 2015, completó una corrida de seis semanas de Hamlet en la Classic Stage Company, que lo encontró reunido con su director de Three Sisters y Uncle Vanya, Austin Pendleton.
Sarsgaard asistió al Actors' Studio Program de la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri y actualmente reside en Brooklyn con su esposa, la actriz Maggie Gyllenhaal, y sus dos hijos.
A CE R C A DEL DIRECTOR
PABLO LARRAÍN (DIRECTOR) dirigió su primer largometraje FUGA en 2005. Su segunda película, TONY MANERO, se estrenó en del Festival de Cine de Cannes de 2008 y fue el pilar de lo que se convertiría, con sus dos próximas películas, la trilogía de Larraín sobre la dictadura de Pinochet. A ésta le siguió POST MORTEM, que se estrenó en el Concurso Oficial del Festival de Cine de Venecia en 2010 y NO, protagonizada por Gael García Bernal, que se estrenó en la Directors' Fortnight del Festival de Cine de Cannes de 2012 y fue nominada al premio de la Academia a la Mejor Película en Idioma Extranjero. THE CLUB, nominada a un Globo de Oro a la Mejor Película de Lengua Extranjera, se estrenó en el Concurso Oficial del Festival
Internacional de Cine de Berlín de 2015, donde obtuvo el Gran Premio del Jurado Silver Bear. NERUDA, protagonizada por Gael García Bernal y Luis Gnecco, se estrenó este año en la Directors'Fortnight del Festival de Cannes y es la cuarta vez que una película de Larrain es elegida por Chile para que represente oficialmente al país en los Premios de la Academia. JACKIE, protagonizada por Natalie Portman, es la primera película en inglés de Larrain.
Fuera de su trabajo en cine, Larrain produjo y dirigió "Prófugos", que fue la primera serie producida por HBO en Chile; fue nominada a un premio Emmy Internacional a la Mejor Serie de Drama.
Para el Teatro Municipal de Santiago, Larrain dirigió la ópera rusa de 1921 Káťa Kabanová, escrita originalmente por el compositor checo Leoš Janáček.
Fotos: Stephanie Branchu
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