Creo que La joven Victoria se hizo nada más que para mostrar un buen trabajo de producción en lo que respecta a ambientación de época y vestuario, ya que la historia es tan simple y hay tan poco que contar, que realmente deja con ganas de más.
Narra solamente la forma en como Victoria llega a ser reina y cómo nace el amor con el que fue su esposo, el príncipe Albert, y si bien hay algunos problemas como en cualquier familia, no están las típicas e impactantes intrigas palaciegas como para que el espectador se encuentre atrapado con el argumento.
Parece más una simple historia de princesas para niñas, casi una de Disney, que una biopic. Pero por suerte, la calidad de las actuaciones, la música, el glamour de la corte victoriana, la fotografía y la técnica superan con creces al guión.
Si bien no está mal, es bastante monótona y muy romántica. Para hacerla corta: les va a gustar mucho a los que le fascinan las historias románticas palaciegas, pero no tanto a los que disfrutan más de la historia política.Cintia Alviti
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