Ni es sus más salvajes sueños (lo que es decir algo para un crítico, escritor y guionísta que a la Pacman en fast forward masticó toneladas del lado B del cine), Diego Curubeto soñó con encontrar el Santo Grial de la sexploitation nacional: dos camiones de mudanza repletos de escenas borradas, tomas alternativas e imágenes caseras protagonizadas por esa amazona llamada Coca Sarli, transformada en revolución (del cine, de gónadas y de pacaterías demasiado peligrosas en los 50, 60 y 70 argentinos) por el director Armando Bo.
Jugando con el dogma johnfordiano, Curubeto, sus entrevistas, sus animaciones y su infartante material de archivo (¡un trailer de la Coca donde suena Alice Cooper!) imprimen la leyenda, la del "
¿Qué pretende usted de mí?", al tiempo que la traducen, sin perder la sonrisa ni el bulto, en la cotidiana y vital lucha de Bo y Sarli contra la censura. Y entre pitos y flautas, Carne sobre carne se confirma con un registro de la pasión: la de Bó por el cine, la de Sarli por su compañero, la de Curubeto por su diosa y la de gente como Octavio Fabiano o Fernando Martín Peña por rescatar a la memoria cinematográfica del polvo. por Juan Manuel Domínguez para el Catálogo del 10° BAFICI
SOBRE EL FILM
Isabel Sarli no supo de la existencia de Diego Curubeto hasta varios años después del estreno de Insaciable, acaecido en 1984. Como tantos otros fans de su cine (ya no en la Argentina sino en el mundo) el realizador -egresado de la Escuela de Cine del Instituto Nacional de Cinematografía- crítico, escritor y guionista, soñó hasta la obsesión con esa mujer imponente. Pero no era el fervor sensual lo que
lo motivaba, sino la ilusión de hacer alguna vez algo así como Érase una vez en Hollywood, con clips de las mejores escenas de la filmografía de Sarli.
Su tarea como entrevistador en un programa especial para la televisión inglesa lo puso frente a la exuberante diva. Y el azar -aunque Dios no juega a los dados, como dijo Albert Einstein- lo confrontó con centenares de rollos de película desconocidas, para poder encarar su proyecto, que abarcará bastante más que la recopilación de escenas jugadas por Sarli.
FICHA TÉCNICA
Argentina, 2007
95' / 35 mm / Color
Dirección………………………………………. DIEGO CURUBETO
Guión……………………….……………..……. DIEGO CURUBETO
Restauración fílmica……..…………… JUAN JOSÉ STAGNARO
Dirección de Archivo........ OCTAVIO FABIANO, FERNANDO MARTÍN PEÑA
con la colaboración de EVANGELINA LOGUERCIO
Archivo Fotográfico………..……..…………... MIGUEL DONEDU
Fotografía de Archivo……….…….…………..….. JORGE PÉREZ
Fotografía…………………...…...………………… SERGIO PIÑEYRO
Dirección de Arte………………………. MARÍA JULIA BERTOTTO
Edición……………….… SERGIO ZOTTOLA & DANIEL ZOTTOLA
Música…………………………………………………….….. DIEGO MONIK
Productor Ejecutivo…………………………..…. JAVIER FINKMAN
Co producida por…………..…………………..…….. FLESH & FIRE
SOBRE EL DIRECTOR
Diego Curubeto nació en Buenos Aires en 1965. Se recibió de director en el ENERC, y trabajó en films como El cazador de la muerte y Kain del planeta oscuro -ambos producidos por Roger Corman- y Asesinato en el Senado de la Nación. Dirigió también comerciales, videoclips, documentales y videos experimentales. Desde 1985 se desempeñó como crítico de cine y música en varias publicaciones, y escribió varios libros de cine. Actualmente está desarrolando un proyecto de ficción y otro documental.
¿Cuál fue la intención de Carne sobre carne ? ¿Por qué quisiste hacer esta película?
Yo no la quise hacer; me cayó.
Pero ¿cómo empezó la historia?
Hace más de cinco años, yo estaba por terminar el libro Cine de Súper Acción y me buscó un equipo de Channel Four (BBC) para hacer una versión de otro libro mío, Cine Bizarro . Yo no quería que vinieran, porque aún no terminaba Cine de Súper Acción , pero vinieron igual. Entonces, para ese documental, tuve que entrevistar a Isabel Sarli. Es muy difícil arreglar una nota con Isabel porque es una diva de las que no quedan. Y ese día, mientras ella hablaba, miré a los costados y vi unas latas. Y ahí le dije: "Isabel, cállese", cosa que nadie dijo nunca, ni yo mismo volvería a repetir.
Pero que funcionó
Funcionó, sí. Tal vez reencarnó en mí el espíritu de Armando, y por eso pude pararle el carro. La cosa es que se sorprendió, porque se hizo un largo silencio. "Esos son materiales que me dejó Armando, con cortes de censura, pero yo los quiero tirar porque me dan mucha pena", me dijo. "¿Y hay mucho?", le pregunté. "Un montón", me contestó. Y yo, que ya había estado otras veces en la Mansión Sarli, sabía que "un montón" es "un montonazo". Así que ahí le pedí que olvidara el documental de Channel Four, y mejor viéramos que había ahí. ¡Corte! Nueva toma: estoy acá, hablando de la película.
¿Qué material era?
20 horas en bruto. Podría hacer Carne sobre carne II , si quisiera, o El maravilloso mundo de Armando Bó.
¿Y qué había en esas 20 horas?
¡De todo! Y es que, cuando el censor corta, lo hace para que nadie más vuelva a ver ese material. Lo que Isabel tenía eran todas cosas que rescató Armando. ... pensaba que en algún momento iba a poder reciclarlo, porque necesitaba toda la parte sexual para ponerla en las versiones que mandaba al extranjero, pero no sé cómo se las arreglaba para conseguir los pedazos cortados.
Para vos, como especialista, ¿cuáles fueron las virtudes y defectos del cine de Bó y Sarli?
Es todo un mundo. Siempre hay algo más para descubrir, sobre todo porque uno tiende a subestimarlo. Yo mismo tiendo a subestimarlo. Cuando empecé este proyecto, apreciaba el cine más académico de Bó: su tarea de productor de Pelota de trapo, o El trueno entre las hojas. Carne me divertía, y mi preferida era Fuego infernal, porque tiene un lenguaje cinematográfico de academia, y es un western muy violento. Fuego no me gustaba, hasta que vi los cortes que la censura le había hecho. Ahí entendí la revolución del lenguaje narrativo que Bó hizo en esa película. ¡Logra contar todo el conflicto en un paneo de 30 segundos, de tal manera que la historia se entienda cortaran lo que cortaran!... necesitaba encontrar una manera de que la historia sobreviviera a la censura, y lo consigue en menos de 30 segundos.
¿Ahí cambió tu opinión general sobre su cine?
Por supuesto. Y por eso, en Carne sobre carne traté de enfocar cómo funciona la censura, que se notara la hipocresía que había alrededor de la relación entre Armando e Isabel, y también trabajar sobre la hipocresía de la Argentina. Creo que algo de eso he logrado, pero todo no se puede, y menos con algo tan rico.
¿En qué te sirvió tu experiencia como crítico para hacer la película?
Soy crítico de profesión, por eso mi lema es "desconfíe de los críticos". La crítica es un trabajo sucio que alguien tiene que hacer, pero yo trato de pasarlo bien cuando voy a ver una película. Si yo no puedo emocionarme, divertirme o asustarme, no puedo transmitirle nada al lector, y no va saber si la película es buena o es mala. Primero soy espectador, y luego crítico. Supongo que lo más útil fue privilegiar esa sensación.
¿Cree que el cine de Bó y Sarli ha padecido la censura intelectual, basada en el gusto esnob?
¡Claro! Demoré mucho en entenderlo y para mí es así: el milico, el fascista, cortaba la película; luego venía el progre, el intelectual, que se burlaba porque
la película no se entendía. Y olvidaba que una película cortada nunca se iba a entender. Pero "olvidar" no es tan inocente.
¿Por qué?
Porque Fuego fue un fenómeno mundial. En 1970, en el Rialto de Nueva York recaudó un millón de dólares. ¡En una sola sala! Pero aquí estaba prohibida, y cuando llegaba el cable de Associated Press con la información de su éxito, el periodista no decía nada por la censura. Y ese mismo periodista, o sus iguales, eran los que luego se reían. Hay una gran injusticia con Armando Bó. Es una víctima del "miente, miente, que algo quedará", algo muy feo. Es posible que en la Argentina ya no haya censura, pero igual subsiste otra forma de censura, tal vez más sutil: la intolerancia de los esnobs pobres.
Social Links
Buscar