En el portal de El Bazar...

Bailando por la libertad: Sinopsis, elenco, ficha: Desert Dancer

Bailando por la libertad: Sinopsis, elenco, ficha: Desert Dancer

SINOPSIS

Bailando por la libertad sigue la inspiradora historia real del valiente bailarín iraní, Afshin Ghaffarian (Reece Ritchie). Localizada en Teherán durante el volátil clima de 2009 durante las elecciones presidenciales y el comienzo de la llamada "Revolución Verde" o "Revolución del Parque de la Libertad" o "Despertar Persa" (que incluyó protestas por los resultados de las elecciones de junio y más de cincuenta muertos durante los disturbios).

Afshin y un grupo de bailarines (incluída Elaheh, interpretada por Freida Pinto) arriesgaron sus vidas y formaron una compañía de danzas subterránea. Con el poco acceso a internet de que disponían, descubrieron música y videos de danza que estaban prohibidos de ver en su país. El grupo aprendió varias formas, técnicas y estilos de baile de leyendas sin tiempo como Michael Jackson, Gene Kelly y Rudolf Nureyev. Inspirados por estos héroes recién descubiertos, ponen en escena sus propias interpretaciones y descubren su pasión por la danza y entre ellos mismos. Si bien el telón de fondo político y cultural de Bailando por la libertad es único en lo que refiere a tiempo y lugar, la lucha para vencer la opresión (sea de un gobierno o sea propia del país) prueba ser universal.

Introducción a la historia

Unas semanas después del estreno de Heartless, la aclamada película de Philip Ridley, protagonizada por Jim Sturgess y producida por Richard Raymond, este último leía una noticia sobre un bailarín iraní llamado Afshin Ghaffarian quien era arrestado por hacer una presentación de danza en el desierto. Ghaffarian eventualmente dejaba su país para dedicarse a su arte y escapar de un gobierno opresor.

Las protestas llamadas "Revolución Verde" continuaban en Irán, Ghaffarian utilizó su danza para protestar por la falta de libertad y armó una especie de sinergia política entre manifestante y bailarín. El gobierno francés le concedió asilo y fue admitido en la Escuela Nacional de Danza en París de manera gratuita, y allí se graduó.

Tomó muchos meses convencer a Ghaffarian de compartir su historia, hasta que finalmente el director Richard Raymond y el escritor Jon Croker volaron a encontrarse con él en París. Pasaron ocho horas seguidas escuchando y grabando la increíble historia de resistencia y resiliencia. Esta entrevista se convirtió en el marco para el guión de la película.

Mientras intentaba financiar éste, su primer largometraje, Richard Raymond decidió filmar una pieza promocional con escenas de la "danza en el desierto" en el Wadi Rum de Jordania, con Ghaffarian interpretándose a sí mismo. Pero las autoridades jordanas tenían otra idea en mente.

Increíblemente, Afshin no fue aceptado para permanecer en el país, cuando Raymond preguntó el porqué las autoridades explicaron que debido a que él era bailarín, asumían que también era homosexual. Con semejante panorama, Raymond y todo el equipo de filmación, que se encontraban en Jordania, con todos los actores pero sin el protagonista, se vieron desalentados. Por suerte se le ocurrió una idea: había visto recientemente The Lovely Bones y quedó impresionado por un actor en un pequeño papel, Reece Ritchie. Más allá de ser actor, Ritchie tenía un significativo entrenamiento en artes marciales, tanto que Raymond supo que podría manejar las secuencias más extenuantes de baile. Además, el parecido físico era asombroso.

De esta manera, comenzaron el rodaje ya con un actor, aprobado por el director y por el bailarín Afshin Ghaffarian en su lugar.

Entrevista con Afshin Ghaffarian

¿Cómo ves el rol del artista en el hecho de crear puentes que trasciendan desavenencias geográficas y culturales?

Como artistas, todos nosotros (iraníes y de los demás países) tenemos que trabajar duro para crear un superador entendimiento mutuo entre pueblos y culturas. Para mí, esto significa tomarme el trabajo de contar mi historia de vida de manera muy precisa. La oportunidad de responder a tus preguntas y expandir mis puntos de vista y trayectoria (en relación a una película inspirada en mi vida) es una forma de hacerlo. Una de las tareas más importantes para cualquier artista es tratar de contribuir en tender un puente por encima de nuestras diferencias, permitiéndonos encontrarnos. Debemos ayudar a la narrativa de aquellos que creen en la construcción de puentes en vez de sumarse directa o indirectamente a la narrativa belicista de aquéllos que creen en la guerra y la destrucción. También tenemos que tener cuidado de no caer en la trampa de retratar culturas consideradas como "exóticas" sólo para que pueda sacarse provecho de la versión fantasiosa de esa cultura.

Tu compañía de danza se llama "Réformances", una palabra compuesta por la voz francesa "réforme" (reforma) y la inglesa "performance" (representación, actuación). Tu propia coreografía personal es bastante única. ¿Qué de tu cultura y crianza influyeron en tu estilo de danza?

Cargo mi cultura y mi historia en mi propio cuerpo. Mi forma de expresión es amasada por las experiencias vividas, que están en constante contacto con otras culturas alrededor del mundo. El modo en que me expreso en un escenario debería ser visto en un contexto mayor y no solo delimitado a cierta geografía o latitud cultural. De hecho, escribí por primera vez la palabra réformances en mi diario en Irán, muchos años atrás. En ese entonces, nunca hubiera imaginado que esta palabra se transformaría en el nombre de mi compañía de danza-teatro. Así que, aún estoy peleando por mi pasión (incluso aquí en Francia), sólo el contexto es diferente. Estoy continuando con lo que comencé en Irán. Recuerdo que como estudiante de teatro en la Universidad de Teherán, mis amigos y yo estábamos interesados e inspirados por el teatro de Grotowski en Polonia, Antonin Artaud en Francia, Julian Beck y Judith Malina en Estados Unidos, Eugenio Barba en Dinamarca, Tadashi Suzuki en Japón, etc. A través del email, estaba en contacto con algunas de la figuras del gran teatro, como Richard Schechner en la Universidad de New York. Recuerdo que un día, Eugenio Barba y Julia Varley del teatro Odin en Dinamarca me enviaron un paquete de libros y DVDs difíciles de encontrar en ese tiempo en Irán para desarrollar y enriquecer nuestro trabajo. Y hace cosa de dos años atrás nos encontramos para almorzar en París, donde por cierto tuvimos una pelea por la cuenta, que finalmente no me permitieron pagarla. Mis experiencias siempre han conectado con otros artistas del mundo, y estoy eternamente agradecido por estar conectado con estos artistas. En mi compañía también trabajé con el sociólogo francés Baptiste Pizzinat, y escribimos un libro juntos en 2013, titulado Café des Réformances, y que puede conseguirse en Francia. Es una reflexión sobre la danza y la sociedad en general, un intento de poner en palabras nuestras experiencias. ¡A veces tenemos que bailar nuestros pensamientos y viceversa!

Réformances (o ser un reformancer) es una condición del ser artista, una poderosa voluntad del artista para luchar contra cualquier clase de inercia o hábito. Es sobre una diferente mirada al arte, a los artistas y sus relaciones con la sociedad. Es sobre concebir el arte como algo unido a nuestra vida cotidiana, un arte activo que nos transforma y no se reduce simplemente a sus funciones decorativas o de entretenimiento.

Contános cómo fue cuando visitaste por primera vez Europa.

La primera cosa que observé en el nuevo país fue una especie de "calma", de "tranquilidad". Recuerdo que escribí en algún lugar de mi diario estas palabras: "Aquí veo calma surgir de los ojos de los otros. Me hace sentir bien, pero al mismo tiempo esta calma me asusta". La calma era lo que profundamente necesitaba en ese tiempo.

Mirando atrás hacia tu primer grupo de danza y las presentaciones que hacían en el desierto, ¿qué sentís sobre esos seis años que transcurrieron?

La presentación del desierto, que de hecho sucedió en 2007, fue una aventura artística destinada para el desierto. Obviamente, no podríamos mostrar esta presentación en una puesta oficial o convencional, pero ese tampoco era nuestro deseo. En realidad, en ese tiempo, ni siquiera reconocíamos nuestras performances o presentaciones como danza. Lo pensábamos más como teatro físico. Más tarde, fuimos entendiendo que lo que hacíamos era danza contemporánea.

Curiosamente, ahora he llegado al punto de partida. Y cuestiono la diferencia entre lo que es "danza" y lo que llamamos "teatro". No veo una real diferencia entre estas dos, sólo categorías. En muchas tradiciones teatrales, especialmente en las culturas orientales, no hay diferencia entre teatro y danza, entre actor y bailarín, incluso en muchas culturas se usa la misma palabra. Aquí en Occidente, teatro y danza tienen una historia diferente, se desarrollan en diferentes espacios, y hasta tienen distinto público. Dejo que mi público me nombre como quiera, actor o bailarín. No importa realmente. Soy solo un hacedor.

¿Cuál es el estado de la danza en Irán? ¿Está oficialmente prohibida o hay más historia que eso?

La danza no está prohibida en Irán, en el sentido de que no hay una ley específica que la prohíba. Por una serie de razones políticas, culturales y religiosas, ha sido dejada de lado e ignorada en los ambientes oficiales.

Pero eso no significa que no exista la danza en Irán, o que todas las formas de danza sean ilegales. De hecho, la danza existe en todos lados en Irán, y tiene además un vocabulario muy rico. Existe incluso en ciertos ambientes oficiales o públicos. Sólo que no se le llama "danza", se usa más "teatro", "danza folclórica", "gimnasia rítmica" o "deportes aeróbicos" cuando se trata de formas de bailar como el hip hop o similares. En mi opinión, el problema no es realmente la danza en sí misma, sino las malas connotaciones que pesan sobre la palabra "danza", vinculadas a la vulgaridad, prostitución, exhibicionismo, desnudez, etc. De este modo, podemos ver que el complejo tema de la danza no sólo tiene sus raíces en la esfera política, sino dentro de la construcción socio-cultural iraní.

¿Cuáles son los mayores malentendidos que ves en Occidente sobre los artistas en Irán?

Hay una fuerte tendencia en Occidente de sólo mostrar el lado oscuro de Irán. Las noticias de los medios masivos son casi siempre sobre "represión" y "censura". Son usados como pretexto para descalificar las entidades políticas de Irán como entidades legítimas y racionales y demonizarlas sistemáticamente. En mi opinión, estas estrechas suposiciones dificultan un entendimiento más lógico y realista no ya de las realidades artísticas de Irán, sino de las realidades políticas. En algunos medios, la sociedad iraní está dividida entre los buenos muchachos y los malos muchachos, lo que es totalmente erróneo, y nos muestran un Irán muy deformado y caricaturizado.

Los artistas iraníes tienen un doble desafío: dentro de Irán, tienen que luchar por sus derechos a mejorar sus vidas artísticas, en Occidente, tienen que luchar con un sinnúmero de clichés sobre su país.

Entendemos que recientemente te permitieron retornar a Irán a visitar familiares, ¿te puso nervioso regresar? ¿Recibiste algún reaseguro de que no ibas a ser arrestado?

Renuncié a mi condición de refugiado en Francia, y recientemente regresé a mi país luego de cinco años, fue una visita y no tuve problemas. Volví a mi país del mismo modo en que dejé mi país cinco años antes. Fue una decisión personal que me atreví a cumplir. Una vez más, me atreví a realizar un sueño por mí mismo.

¿Qué sentís al ver a tanta gente alrededor del mundo, de muy diferentes países, conectarse con la película y el mensaje de la libre expresión artística?

Me recuerda que el arte puede echar abajo cualquier barrera y pasar a través de cualquier frontera. Que sólo podemos expandir la libertad de expresión mediante la expansión del horizonte de posibilidades que tenemos ante nosotros, y por el acto de expresión en la cara de los obstáculos. Me recuerda nunca rendirme a ninguna forma de poder que amenace nuestra existencia artística, no importa en qué lugar estemos de este mundo.

La lucha por la libertad de expresarse es el rol del artista en sí mismo. Advierto sobre aquellos que usan esta lucha para impulsar una agenda política, disfrazada de apoyo.

¿Qué querés que se lleve el público consigo de la película?

Que no importa quienes seamos ni donde estemos, tenemos que crear continuamente. A través de nuestras creaciones, tenemos que inventar el mundo en el que queremos vivir, a pesar de todas las dificultades.

Tenemos que buscar nuevas soluciones para estar en el mundo. Como dijo Pina Bausch, "crear es la única manera de estar en el mundo". Para existir, debemos resistir, y para resistir, debemos crear. Debe ser un esfuerzo permanente de todos nosotros para crear todos juntos un mundo mejor.

Ficha técnica:

Año 2015

Duración 98 min.

País Reino Unido

Director Richard Raymond

Guión Jon Croker (Biográfico: Afshin Ghaffarian)

Música Benjamin Wallfisch

Fotografía Carlos Catalán

Diseño de producción Shahram Karimi

Diseño de vestuario Louise Stjernsward

Música Benjamin Wallfisch

Montaje Chris Gill y Celia Haining

Productores Pippa Cross, Fabiola Beracasa, Izabella Miko, Luis Astorquia

Productores ejecutivos Sarah Arison, Ryan Kavanaugh, Tucker Tooley, Jason Beckman, Sally Greene, Rodika Zmikhnovskaya, Jeremy Cowdrey, Marina Fuentes Arredonda, Mohammed Al Turki, Hamza Talhouni, Norman Merry, Peter Hampden, Rick Porras, Nigel Thomas.

Reparto:

Nazanin Boniadi - Parisa Ghaffarian

Freida Pinto - Elaheh

Tom Cullen - Ardavan

Marama Corlett - Mona

Reece Ritchie - Afshin Ghaffarian

Simon Kassianides - Sattar

Akin Gazi - Farid Ghaffarian

Makram Khoury - Mehdi

Tolga Safer - Stephano

Davood Ghadami - Basij Leader

Neet Mohan - Naser Javadi

Daniel Bass - Bijan

Gabriel Senior - Afshin Ghaffarian Joven