Comer, rezar, amar es una película que van a adorar las personas muy espirituales, muy románticas y con problemas existenciales. El resto es posible que corra peligro de dormirse en la sala de proyección.
Visualmente el film es muy atractivo por su excelente fotografía, los paisajes que muestra, las arquitecturas, las culturas, las comidas, etc. etc., pero el argumento empieza a decaer lentamente cuando parte de Italia. Hasta ese punto entretiene y es bastante llevadera, pero cuando inicia su viaje a la India, ya se empieza a perfilar que no hay mucho más que contar. Parece más un video turístico que una película por la cual alguien ha pagado una entrada de cine.
Cuando llega a Bali, el interés retoma un poquito pero lamentablemente apenas conoce a Bardem se ve venir claramente cuál es el final, por lo tanto el espectador ya lo único que desea es que vengan pronto los títulos.
Por supuesto todas las personas muy espirituales, apasionadas por la meditación y por el reencuentro interior, y que les fascina ver documentales turísticos, la van a pasar de maravillas, ya que realmente el guión es más una excusa para mostrar diversos paisajes que para armar una buena película.
En resumen no está tan mal, pero tiene demasiados momentos en los que se estanca y no atrapan al espectador común.
Recomendada para fanáticos de Julia Roberts y amantes de los libros de autoayuda y de inspiración, que son los que seguramente van a sentir que esta película les toca el alma.Cintia Alviti
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