Tenemos que hablar de Kevin es una película dura, fuerte y perturbadora que desgrana una historia impactante de una manera fascinante.
Creo que si el argumento se hubiera contado de una forma lineal con el estilo habitual de cualquier drama común y corriente le hubiera restado muchísimos puntos al resultado final. De todas formas quédense tranquilos que todo lo que al comienzo parece caótico por el "mejunje" de imágenes sin hilación y aparentemente sin sentido, de a poco se va a ir ordenando y aclarando de forma tal que no va a quedar ningún cabo suelto al final.
El uso del rojo en prácticamente todas las escenas como para transmitir emociones, o simplemente como parte del escenario (sillas, carteles, mermelada, latas de tomate, etc.), hacen que las imágenes tomen más fuerza y golpeen más.
La actuación de Tilda Swinton es impactante, su cara y mirada expresan los más mínimos sentimientos. Lo que si, sinceramente me han asombrado los tres actores que hacen de Kevin (Duer, Newell y Miller) ya que realmente parecen uno y es increíble como a pesar de la diferencia de edad que existe entre ellos logren trasmitir el mismo odio y la misma maldad. Realmente meten miedo, de tal forma que una película dentro del género del drama parece por momentos una de terror. Al lado de Jasper Newell el chico de La Profecía (la original del '76) da risa.
Es de indispensable visión para todos aquellos que gusten de ver un buen drama completamente alejado de lo habitual.
Cintia Alviti
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