Sinopsis
René Lavand es un ilusionista argentino de fama mundial especializado en cartomagia, que realiza sus ilusiones con la única ayuda de su mano izquierda, ya que perdió la derecha en un accidente siendo un niño.
Lejos de dejarse derrotar por tal circunstancia, Lavand practicó obsesivamente desde su infancia hasta alcanzar un completo dominio de la baraja y ser reconocido como uno de los más grandes ilusionistas de la historia.
Pero la atracción de sus espectáculos no radica en su particularidad física sino en las asombrosas historias con las que viste sus ilusiones, y en su expresivo manejo de la pausa y el silencio como recursos dramáticos.
El Gran Simulador es un retrato cálido, íntimo y descontracturado de un artista único que por momentos pareciera abandonar sus máscaras y dejarse ver.
Ficha Técnica
Guión, montaje, dirección: Néstor Frenkel
Producción y Asistencia de guión: Sofía Mora
Asistencia de dirección y de montaje: Federico Rotstein
Música: Gonzalo Córdoba
Arte: Román Marotta
Cámara y fotografía: Guillermo Nieto - María Laura Collasso - Diego Poleri
On line: Alejandro Nakano
Sonido: Fernando Vega - Hernán Gerard
Sonido directo: Julián Catz
Video FX: Mario Pavez
Co producida por Carla Martínez y Daniel Werner
Datos Técnicos
Argentina / 2013/ DCP / / 5.1/ 75 min. /
Calificación: ATP
Distribuye KAFilms - Javier Krause
Datos del director
Néstor Frenkel nació en Buenos Aires en 1967. Sonidista de oficio desde 1993, en 1999 comenzó a producir sus propios proyectos de animación, ficción y documental. Dirigió los documentales "Buscando a Reynols" (2005), "Construcción de una Ciudad" (2007) y "Amateur" (2011)
Sobre "El gran simulador"
No hay nada más aburrido que la verdad, nos dice René Lavand, y define a su arte como el arte de engañar sin engañar. Y cita a Picasso: "La única misión del artista es convencer al mundo de la verdad de su mentira" . Esto nos lleva directamente a la paradoja del mentiroso: Un hombre afirma que está mintiendo. ¿Lo que dice es verdadero o falso?
Es que un ilusionista es quien viene a recordarnos que lo que percibimos no es necesariamente la realidad, y Lavand, con su corbatín, su casa de madera, su candelabro de una sola vela, su gato negro y su colección de bastones, es el ilusionista perfecto: el que deviene, él mismo, la ilusión. Cuando dice "No se trata de que la trampa no se vea, se trata de que ni siquiera se sospeche" es imposible no preguntarse siLavand es un artista o un tahúr.
O acaso será las dos cosas? Quizás todos los artistas sean embaucadores. Es que el público pide y agradece ser engañado.
Si, al fin y al cabo, el cine no es màs que una suma de mentiras organizadas para transmitir una sensación de realidad, y el cine documental es el que más se ocupa de la tensión entre "lo real y lo ficticio", podríamos pensar que un ilusionista es el personaje ideal para un documental, donde un arte de la ilusión es observado por otro, distinto en sus herramientas pero análogo en sus objetivos.
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